El escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, elogió «la valerosa decisión del gobierno de Uruguay y de su presidente, José Mújica, de proponer al Parlamento una ley legalizando el cultivo y la venta de cannabis». En una columna publicada el domingo en el diario español El País, titulada «La marihuana sale del armario» Vargas Llosa opinó que esa legalización «es la mejor manera de combatir el uso de estupefacientes y las cataclísmicas consecuencias que tiene el narcotráfico en la vida de las naciones».
En su nota, el escritor cita una frase del ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, pronunciada en oportunidad del anuncio del paquete de 15 medidas para combatir la inseguridad. En esa ocasión, Huidobro dijo que «la prohibición de ciertas drogas le está generando al país más problemas que la droga misma».
Para Vargas Llosa, «no se puede decir de manera más lúcida y concisa una verdad de la que tenemos pruebas todos los días, en el mundo entero, con las noticias de los asesinatos, secuestros, torturas, atentados terroristas, guerras gansteriles, que están sembrando de cadáveres inocentes las ciudades del mundo, y el deterioro sistemático de las instituciones democráticas de los países, cada día más numerosos, donde los poderosos cárteles de la droga corrompen funcionarios, jueces, policías, periodistas y a veces deciden los resultados de las justas electorales. La prohibición de la droga sólo ha servido para convertir al narcotráfico en un poder económico y criminal vertiginoso que ha multiplicado la inseguridad y la violencia y que podría muy pronto llenar el Tercer Mundo de narcoestados».
Más adelante, el peruano enumera una serie de argumentos que distintos pensadores, desde los campos de la política, la filosofía y la economía, vienen sosteniendo en pos de la legalización del cannabis, y asegura que «el problema de la droga concierne a la misma supervivencia de la democracia».
Vargas Llosa aclaró que «legalizar las drogas implica riesgos», que «deben ser tomados en cuenta y combatidos», y que la legalización «debe ir acompañada de un esfuerzo paralelo para informar, rehabilitar y prevenir el consumo de estupefacientes perjudiciales para la salud», algo que «se ha hecho en el caso del tabaco, y con bastante éxito, en el mundo entero».
El autor de «La casa verde» subrayó su simpatía por nuestro país desde su primera visita, en 1966, cuando descubrió «que América Latina no era sólo una tierra de gorilas y terroristas, de revolucionarios y fanáticos, de explotadores y explotados, que podía ser también tierra de tolerancia, coexistencia, democracia, cultura y libertad», y que hoy tiene «un presidente de 77 años que fue guerrillero», y que «es otra vez un modelo de legalidad, libertad, progreso y creatividad, un ejemplo que los demás países latinoamericanos deberían seguir». De Montevideo Portal
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