“EL PADRE DE GARDEL”, un documental sobre el Cnel. Escayola

Ricardo Casas director de la película sobre el “Zorzal Criollo”, está acostumbrado a hacer cine sobre personajes de la cultura de nuestro departamento. En 1998 filmó un documental sobre el cantautor coterráneo Eduardo Darnauchans “Donde había la pureza implacable del olvido” y en 2004 dirige “Palabras Verdaderas” sobre el escritor isabelino Mario Benedetti. En el “Padre de Gardel”, el cineasta uruguayo indaga sobre la vida del Coronel Carlos Félix Escayola Medina, padre de Carlos Gardel. El Cnel. Escayola nació el 23 de octubre de 1845 y falleció el 27 de abril de 1915 era hijo del español Juan Escayola y de Bonifacia Medina (hijastra del coronel artiguista Andrés Latorre, sus padrinos fueron el oribista Carlos Villademoros y su esposa Elisa Maturana. El Coronel se casó en 1868 con Clara Oliva Sghirla, en 1873 con su hermana Blanca y en 1905 contrajo matrimonio con la tercera hermana María Lelia.

En la edición del 27 de abril último elpais.com.uy publica una entrevista de Gonzalo Palermo al propio director de “El Padre de Gardel”. El cineasta nos habla de entretelones del film pero también del personaje más controvertido de nuestra historia local, el Cnel. Carlos Escayola. «Hay algo con Tacuarembó y con la música que me atrae. Sobre el coronel (Carlos Félix Escayola) se conocen su relación con Gardel y su vida amorosa, pero no su historia como promotor de la cultura, músico, compositor y cantante», explicó Casas. «Entonces me interesó rescatar a ese personaje que, en cuanto a historia de vida, es incluso más interesante que el propio Gardel».

La figura de Escayola (1845- 1915) resultó de una ambiguedad que al realizador lo atrapó enseguida. «Es un personaje muy complejo y rico. Busqué mostrar todas sus contradicciones, básicamente en base a testimonios, algunos de los cuales son contradictorios entre sí, pero de ahí surge la verdad», aseguró Casas. «Es una característica muy uruguaya el hecho de esconder debajo de la alfombra las cosas que no son agradables de conocer o que en su momento significaron un escándalo», asegura Casas. «El coronel era el jefe político de Tacuarembó, por lo tanto hay un motivo político de ese ocultamiento. Por otro lado, hay un motivo familiar: para la familia era muy difícil aceptar que el coronel, estando casado con la segunda de las hermanas, deja embarazada a la tercera que además era menor de edad (tenía 14 años).

También estaba la masonería, a la que Escayola pertenecía. Por último, había un cambio de sensibilidad. En esa época, como dice Barrán, pasamos «de la barbarie al disciplinamiento». Escayola era el que tenía que aplicar ese disciplinamiento en el norte del Uruguay. Era contradictorio que ese personaje tuviera ciertas características en su vida política y que en lo privado fuera todo lo opuesto. Todo eso motivó un silencio que duró 100 años, porque el coronel murió en 1915″. El documental, asegura Casas, cuenta con un gran volumen de información. Sin embargo, el primer desafío fue dar con esos documentos y testimonios, algo en ocasiones muy complicado. «Hay familiares que nunca accedieron a que yo les pusiera una cámara enfrente.

Algunos que se mostraban simpáticos pero que no me daban ninguna información, cuando terminé el documental empezaron a contar cosas que nunca habían contado. Había un gran temor que hizo que se callaran la boca». Aunque actualmente la familia de Escayola está empezando a aceptar la historia que se relata en El padre de Gardel, en el período en que se realizó la investigación (entre 2004 y 2011) el hermetismo era muy marcado. Los registros militares y los archivos fotográficos sobre Escayola no figuraban por ningún lado.

Cuando empezó a surgir, la información resultó reveladora y a la vez explicó, en cierta forma, los motivos del ocultamiento. «La historia es tan intrincada que si yo me permitía algún juego creativo por un lado no la iban a entender y por otro no la iban a creer», reflexiona el director. «Hay muchos historiadores e información que yo agregué para evitar el descreimiento, porque realmente esta historia tiene ribetes de tragicomedia». Ese rompecabezas, como lo define Casas, aún hoy sigue en movimiento y tiene al coronel Escayola como eje, con Carlos Gardel como punto de gran interés pero nunca desligado de su figura paterna. Del mismo modo que Escayola sorprendía por los entretelones de su vida personal, también lo hacía por su fuerte inquietud por la difusión cultural en Tacuarembó, su pasión por la música (que compartía tanto en teatros como en guitarreadas con los peones) y su invaluable aporte social.

«Que un tipo construya un teatro de ópera italiano en 1891 en Tacuarembó, trayendo todo de Europa, desde las vigas hasta el mobiliario, es alucinante. En esa época si bien ya había algunos teatros en Uruguay no había ninguno con esas características», destaca Casas refiriéndose al teatro que lleva su apellido y que, en ese entonces traía a las más importantes compañías europeas para estrenar sus piezas.

 

Todos los caminos dirigen a Tacuarembó. Casas, como tantos otros, empezó a preguntarse qué hay en especial en ese departamento, al norte del país, que hace que varias personalidades y referentes de la cultura uruguaya de todas las épocas provengan de ahí. «Empezás a investigar toda la movida cultural que hizo el coronel Escayola a fines del siglo XIX y encontrás el motivo. La inversión en cultura no es de corto plazo», responde el realizador, explicando que aún hoy se pueden apreciar los importantes avances que se implementaron en ese momento revolucionario para el departamento. Entre otras particularidades, Tacuarembó «fue además un lugar donde encuentran oro y los franceses se instalan y construyen la primera represa hidroeléctrica de Latinoamérica».

El documental atiende a diferentes testimonios de especialistas y familiares, buscando reconstruir la verdad de la historia desde una gran cantidad de ángulos. Gardel surge como uno de estos, aunque, claro, es el más importante. Se desprende de la determinante figura que representó el coronel Escayola y del contexto tacuaremboense bajo su mandato. «Entra como resultado de toda esa locura que se vivió en Tacuarembó en 1884, más o menos, durante la jefatura política del coronel», apunta Casas, agregando que toda esa historia que repasa

El padre de Gardel sirve para explicar a un tiempo la vida y la obra del maestro del tango. «Invitaría a fanáticos de Gardel a que me digan qué pasaba antes de que empezara a cantar tango. Cantaba las mismas canciones que su padre, canciones criollas, cielitos y sambas y milongas. Tampoco se conoce eso ni se entiende por qué Gardel era Gardel. Creo que conociendo mejor sus orígenes se puede llegar a una conclusión. Es curioso como un tipo del abasto se convierte en uno de los hombres más importantes del mundo occidental».

Identidad: un tema de plata – Otro de los puntos que toca el documental es la discusión de la identidad de Gardel. «Lo suplanta por Charles Romuald Gardes, hijo de Berta Gardes, que nació en Toulouse en 1990», explicó Casas. «La razón principal fueron los derechos de autor, porque Gardel grabó más de 500 temas en vida, además de las películas y las propiedades que tenía. De ahí se inventó toda esa historia con la que un grupito de argentinos y uruguayos se enriquecieron con los derechos de auto”.

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