Denuncian falta de coherencia y exceso de violencia en hogares del INAU

No hay una política coherente para manejar los centros de reclusión juvenil en Uruguay. Además, algunos funcionarios violentos tienen total impunidad. Esas fueron dos de las conclusiones del abogado suizo Eric Sottas, consultor de la Organización Mundial Contra la Tortura, que estuvo la semana pasada en Uruguay y visitó los hogares de la Colonia Berro, en Canelones, y los centros de reclusión de jóvenes de Montevideo. En total, hay 720 jóvenes presos. Es la quinta vez que Sottas visita los centros de reclusión, la primera fue en 2003. La vista fue realizada junto al Comité de los Derechos del Niño de Uruguay y Ielsur. No toquen nada lo acompañó en la visita por 10 centros de reclusión.

Sottas afirmó que uno de los problemas serios es que hay funcionarios muy violentos. Sottas cree que son pocos, pero que se imponen. “Yo creo que la mayoría de los funcionarios no son violentos, pero en la medida en que hay una totalidad impunidad de los que son los brazos fuertes, los demás no se atreven a denunciar. Esa gente es la que de un cierto modo impone su manera de concebir la disciplina o los castigos y es uno de los puntos que tenemos que discutir con el INAU para los años que vienen”, señaló.

El consultor insistió en que no se deben hacer cacerías de brujas a los funcionarios, pero que debe haber sanciones y explicó que en ese marco las denuncias son muy difíciles. “Hay un problema serio porque como son detenidos los chicos no están en posición de denunciar. Hemos escuchado desde la primera visita que había problemas de ese tipo pero tanto los funcionarios como los chicos no se atrevían a denunciar porque no querían empeorar la situación”, afirmó.

No toquen nada pudo comprobar que la mayoría de las denuncias provienen de jóvenes que estuvieron en el hogar Ser, el de máxima seguridad. En general, los jóvenes se animan a hablar después de salir de ese centro. Cuando están allí no se atreven por temor a represalias.

Sottas sostuvo que en estos 10 años vio algunas mejoras en algunos centros, con mejores condiciones edilicias y más limpieza. Pero destacó que persisten dos problemas serios: la violencia y la falta de políticas educativas.

Para el especialista, en los centros se plantean propuestas muy distintas y no hay una política coherente. El especialista dijo que no se pueden plantear dos modelos tan diferentes de reclusión, unos totalmente cerrados para delitos menores y otros semiabiertos para los delitos más graves.

Con base en un informe de Nausícaa Palomeque, de No toquen nada.

De 180.com

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