Jorge Batlle nació en Montevideo el 25 de octubre de 1927 y falleció un día antes de cumplir los 89 años, el 24 de octubre de 2016, hace hoy dos años. Fue abogado, periodista, Diputado, Senador y el primer Presidente de la República del siglo XXI, cargo que ocupó del 1º de marzo de 2000 al 1º de marzo de 2005.
Pero no le tocó tiempo fácil para gobernar ya que en el 2002 el país vivió su mayor crisis económica. Le tocó gobernar en el peor de los momentos, nada le fue fácil.
Batlle dio la mayor muestra de su capacidad de liderazgo en ese momento. Se negó a seguir la decisión argentina de declaración default, resiste a las presiones del Fondo Monetario Internacional y finalmente logra salvar al país con un préstamo otorgado, por su gestión personal por los Estados Unidos. Y lo que es más: logra que aún aquellos que habían presionado para que declarara la cesación de pagos, lo apoyaran. Logra el respaldo de todo el sistema político.
Qué mejor para recordar ese momento de su presidencia que lo narrado por su propia esposa, Mercedes Menafra quien diría: “Toda la presidencia de Jorge fue un período extremadamente acelerado. El 20 de julio de 2002, al mediodía estábamos en Suárez y Reyes, Jorge recibiendo y haciendo mil llamadas por teléfono para encontrar una solución a lo que se estaba por venir, cuando lo llama por teléfono Eduardo Aninat, el subdirector del FMI pidiéndole declarara la cesación de pagos del Uruguay y él se negaba con una vehemencia, con una convicción y una energía que me resultaban conmovedoras. Yo escuchaba que en su respuesta él hablaba del Uruguay, de su historia, de su dignidad, de su calidad democrática y republicana”.
Ese era Jorge, determinado a salvar el país liderando las acciones.
Él se definía a sí mismo como demócrata y liberal, fue la cuarta generación de Presidentes: bisnieto de Lorenzo Batlle (1868-1872); sobrino nieto de José Batlle y Ordónez (1903-1907 y 1911-1915) e hijo de Luis Batlle Berres (1947-1951).
Yo lo definiría como un hombre terco, culto, inteligente, generoso, amante de la democracia y defensor de su país y su gente.
Batlle estuvo activo y con clara intención de apoyar a su querido Partido Colorado hasta sus últimos momentos. El luchador que era Jorge no iba a descansar hasta agotar todas las instancias para que, así como había logrado sacar al país de una crisis, lograra hacerlo con su Parido Colorado.
Fue en éste, nuestro Tacuarembó y en esas lides, que el 14 de octubre de 2016 sufrió el accidente. Derivado a nuestro hospital local fue sometido a cirugía para poder descomprimir un hematoma intracraneal producido al caer y sufrir un golpe en la cabeza. Trasladado a Montevideo, permaneció en coma y quitados los sedantes no logra salir de su estado.
Los médicos diagnosticaron un «daño cerebral severo» y Batlle fallece.
Si me preguntan hoy, a dos años de su muerte, cómo definiría a Jorge Luis Batlle Ibáñez, diría que fue un hombre que vivió como quiso, hizo lo que quiso y no se privó de decir las cosas que pensaba aún cuando al decirlas causara un gran revuelo o pagara alto precio.
Un gran Presidente que el Uruguay extraña, a quien quizás no supimos reconocerle en vida la importancia que tuvo para el país, pero al quien el tiempo y la distancia lo ubicará en la historia como el gran hombre y mandatario que fue.
Desde este Tacuarembó que tuvo el honor de tenerlo en su última actividad política, nuestro sentido recuerdo y homenaje.
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