COSIENDO IDEAS ENTRE CAFÉ Y CAFÉ / Por Bettina Silva Carneiro

Emprendedurismo en Uruguay Pensar en un espacio donde zurcir, crear y reformar prendas sin una gran estructura, en un espacio libre es posible también para Uruguay. Se trata de Café Costura; el primer emprendimiento de este tipo en América Latina con las características propias de un Cyber Café pero que cuenta en lugar de computadoras con máquinas de coser que se alquilan por hora al público.

A Mariela Zarzábal (35 años) desde niña le gustó coser y añoraba aquel momento de otras épocas en los que las mujeres de la familia se reunían alrededor de la máquina de coser y de la abuela cafecito de por medio solucionando fácilmente dobladillos de pantalones, ruedos de polleras y vestidos, zurcidos de botones, reparándolo todo de manera sencilla, en las que no había casa en la que no existiera una máquina de coser tan habitual como el piano y las radios Spica.

Por eso, cuando se hizo “grande” estudió diseño en la Escuela Técnica, UTU de donde egresó hace varios años, para realizar luego la tecnicatura en vestimenta del Centro de Diseño, alimentando el sueño de tener un espacio de diseño en el cual comercializar sus creaciones pero también compartir sus ideas y aprendizajes. De a poco comenzó a dar pequeños pasos, confeccionando ropa para la familia y amigas, comercializando accesorios para cuartos de bebés en la feria Villa Biarritz y hasta montando un atelier con algunas compañeras de curso en un galpón de su casa hasta que la oportunidad llegó y hoy es la propietaria de Café Costura Montevideo; una idea innovadora y práctica que según afirma le ha cambiado todas las perspectivas.

De París a Montevideo. Sin nada que envidiarle a la cuna francesa de los café concert, literarios y hasta de gatos, Mariela no tuvo reparos en instalar el proyecto en suelo uruguayo. “La idea surgió de focalizar la necesidad de un espacio más libre, desestructurado en el que las personas pudieran acercarse al oficio de la costura pero sin la presión de la formación formal” recuerda Mariela. “La idea giraba en mi cabeza pero no encontraba la forma de concretarla entonces me puse a investigar y me encontré con que en París, había este tipo de cafés y me dije; es eso lo que debe existir en Montevideo” agrega risueña.

La emprendedora comenzó literalmente en uno de los espacios de su casa particular y hoy cuenta con un amplio local con capacidad para 15 cupos totalmente equipado con una mesa grande de corte, máquinas de coser rectas, multipuntos, collaretas, overlock y hasta industriales, además de una cocina muy hogareña y café en grandes cantidades para compartir entre tardes de creaciones, zurcidos y charlas.

Alquiler y confección. El concepto del emprendimiento valoriza la idea de que no es necesario estudiar diseño o vestimenta para ponerle el cierre a un vestido o hacerle un dobladillo a un pantalón a nuestra medida. “A Café Costura podés llegar con tu pantalón, te lo probás, lo marcamos y en 10 minutos te vas con el bajo del pantalón listo pero la idea es que lo logres tu, siempre va a haber un equipo atrás asesorándote para que lo hagas exitosamente” explica Zarzábal. , y fue  pensando en esas tareas simples que surgió. 
A una cuadra de la ex Cárcel de Miguelete, en la calle Miguelete 1881, a pasitos de Justicia el local cuenta con un público asiduo particularmente femenino de chicas de 20 a señoras de 70 años de edad, pero también de algunos hombres que se animan a innovar en la propuesta y hasta niños, que se mezclan, comparten y conversan e intercambian consejos y “piques” en costura de tías y abuelas.

El local se puede usar a través de dos modalidades; alquilando en forma libre una de las máquinas por alguien que ya sabe usarla para realizar un trabajo específico como en cualquier cyber o aquellos que no saben coser y quieren aprender Mariela y una asistente se encargan de enseñarle el proceso al cliente. “En Café Costura se enseña desde cero, con el curso de aproximación a la máquina de coser a través del que se hace el primer acercamiento a la herramienta, aprende a enhebrarla, a ajustar la máquina. El curso dura más o menos dos horas, hacen ejercicios en la máquina de coser y las personas se van con otra soltura en el oficio…amigados con la máquina de coser” relata la innovadora, y realmente suena sencillo.

Ambas opciones tienen un costo de 100 pesos por hora e incluyen una máquina, una mesa de trabajo, utensilios –tijeras, cintas métricas, alfileres, papel carbónico, tizas, algunos hilos– y todo el café que la persona quiera consumir mientras realiza el trabajo. También se venden cuponeras en donde el cliente administra los días y horas que quiere concurrir al taller.  Para aprender lo básico de la costura, por ejemplo, se necesitan cinco horas. “Prendas sencillas de telas elásticas por ejemplo se pueden lograr en una hora o los bajos del pantalón. También depende de la destreza de la persona”.

El local está abierto al público de lunes a viernes de 9 a 20 horas y los sábados está dedicado para talleres puntuales como estampado o fieltro, reciclaje y reutilización de prendas, tejidos de punto, moldería básica, espacio deco-hogar, talleres de personalización de prendas bajo la consigna de que nada se tira sino que se le da una vuelta de tuerca impartidas por profesionales idóneos. Las mismas tienen un cupo máximo de 12 personas, duran seis horas y cuestan 500 aproximadamente incluyendo la comida. Dentro del espacio también  existe una mercería que tiene a  la venta herramientas básicas como hilos, cintas, galones, lanas, encajes, alfileres de gancho, botones, para quienes no tuvieron posibilidad de traer consigo estos implementos y un taller en patchwork que es furor.

Entre las novedades de los últimos meses que ha tenido gran resultado está el taller de costura para niños, al que llegan padres buscando apartar a sus hijos de largas rutinas frente a las computadoras, la tv o el play station. También para 2014, Mariela proyecta abrir sus primeras franquicias en otros departamentos del interior del país.

El Molde de una Idea. Según la propietaria y directora de Café Costura, fundamental para este proceso que comenzó en octubre del año 2011 fue el aporte de los programas e instituciones que brindan apoyo a emprendedores para poder llevar a cabo sus ideas y establecer un negocio de los que hizo uso desde un primer momento, desde que comenzó a visualizar la idea en su cabeza. A través de un concurso “Ideas para Emprender”  de la Red Emprender fue que logró materializar el proyecto. También influyeron en su capacitación y puesta en práctica de Café Costura Montevideo las instituciones Endeavor y Carpe a través de su programa “C-EMPRENDEDOR” con apoyo del Ministerio de Industria, a través de los que continúa actualizándose  en ventas, marketing, atención al público y organización, no separándose del aporte permanente de diferentes tutores.

“Es fantástico, es como volver al liceo y tener a un docente guiándote” afirma Mariela, que en su sitio web: www.cafecostura.com.uy a puesto todas las técnicas recibidas a la vista.
Si bien la inversión económica de casi 8.000 dólares que realizó para poner en marcha el negocio en base a fondos propios y de su familia, era prioridad para la emprendedora, el apoyo que recibió en materia de asesoramiento fue igual  o más importante porque considera que, de otra forma, no hubiese alcanzado todo lo que logró.

bettinasilva13@hotmail.com

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