SUICIDIO FEMICIDA / Por Dr. Carlos Benavides

Cuando el machismo mata y no muestra la cara.

¿Qué tal amigas y amigos? Que el suicidio es un problema multicausal y multiabordable, se ha dicho muchas veces (no hasta el hartazgo, aún), hoy quisiera conversar acerca de un tipo de suicidio, en el que como en la mayoría de los casos, se impone la violencia del machismo sin siquiera figurar como responsable, los suicidios femicidas.

¿QUE ES?

En el mundo se suicidan mujeres luego de hacer denuncias frecuentes por ser víctimas de violencia por su pareja, por haber sido abusadas y por no haber tenido la contención suficiente por parte de la sociedad (muchas veces en lugar de eso, sufren el hostigamiento de la sociedad: “¡cómo no la van a violar si usa esa ropa!”).

Entonces, el suicidio femicida se trata de una modalidad de violencia de género, se refiere al suicidio cometidos por mujeres expuestas a violencia/acoso de todo tipo (sexual, física, psicológica, económica, laboral, vía web) proveniente de sus parejas, exparejas, o directamente de la sociedad patriarcal/machista en la que viven; alude al suicidio cometido como consecuencia del ejercicio de violencia sobre una mujer solo por el hecho de ser mujer, vivencia que lleva a la víctima a sentir que el suicidio es la única salida y la única posibilidad para hacer frente al malestar y a las consecuencias de la victimización de la que ha sido víctima.

Lo consideran la única forma de acabar con el dolor, de hecho, hay registro de investigaciones internacionales que indican, que aproximadamente el 80% de las mujeres que sufren violencia de género en sus relaciones han pensado alguna vez en suicidarse.

Considerar el suicidio como opción, implica la interpretación de una realidad oscura, trágica, caracterizado por el abuso sistemático, el maltrato constante, ya sea emocional (insultos, desprecio, manipulación, exposición pública), físico (golpes, empujones) y sexual (manoseo, violaciones). Esto lleva a la mujer, a experimentar un asalto a su realidad más íntima, afectando su autoestima, desencadenando miedos, ansiedad, tristeza que pueden complicarse sin el abordaje correcto. Esto sumado a la sensación de vacío y soledad hace más agonizante la vivencia (imagínense ustedes en esa situación).

El suicidio muchas veces puede revelar una realidad de abuso que muchas mujeres experimentan

Este contexto característico del círculo de violencia al que está expuesta la mujer, luego de intentar de todo para librarse, sin éxito y tras concluir la imposibilidad de hallar una salida, irremediablemente le lleva a darse por vencida, creando las condiciones favorables para quitarse la vida inducida por la situación de violencia que sufre.

Es preciso tener en cuenta que una gran mayoría de las personas que comenten actos suicidas buscan más bien poner fin a un inmenso dolor psíquico. De allí, que pueda considerar que el sufrimiento que acumula a lo largo del tiempo una mujer maltratada, le lleve a convertir la premisa del suicidio en una realidad, no es tan ilógico.

ENTENDIDO, PERO ¿QUÉ SE PUEDE HACER?

Muchas son las acciones que se pueden desarrollar y desde muchos lugares: el apoyo del entorno se vuelve indispensable en casos de abuso de poder ya que muchas personas que sufren violencia, callan por miedo a no ser reconocidas como víctimas y es muy importante buscar la ocasión para poder pedir y ofrecer la ayuda adecuada.

Si se está viviendo una situación de violencia atrévase a hablar con amigas, amigos, familiares, o personal de salud acerca de su situación vital y anímica. Es menester que se evite mantener en secreto los pensamientos sobre el suicidio.

En nuestro país se han venido desarrollando estrategias de prevención y acciones con diversos resultados en materia de suicidios, consideramos que para lograr resultados diferentes proponemos establecer acciones diferentes: específicamente y siguiendo recomendaciones científicas, proponemos instalar la “autopsia psicosocial” de las personas que cometieron suicidio, esto es analizar su historia clínica médica, entrevistar a amigos, familiares y compañeros de estudio o trabajo, de manera de concluir las causas que le llevaron a suicidarse, así como tener eso como base de recomendaciones a la comunidad en materia de prevención.

En materia de legislación, legislar acerca de la figura del suicidio femicida, puede completar las acciones arriba propuestas, de manera que la violencia machista (y por ende, cobarde) no quede impune (o por lo menos no tan impune).

Urge también, desde los espacios educativos y  los medios de comunicación, crear conciencia, educar a las sociedades en pro de la vida, de valores como el respeto por la dignidad humana, independientemente del género, estado civil, situación laboral, origen étnico, credo y exponer públicamente que el abuso sistemático puede conducir a una víctima al suicidio.

  • Publicado por semanario Nuevo Batoví

 

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