HAY QUE VER AL NIÑO Y NO LA DISCAPACIDAD, DICE UNICEF

La inclusión de las niñas y niños con discapacidad beneficia a la sociedad en su conjunto. El Decenio de las Américas por los Derechos y la Dignidad de las Personas con Discapacidad (2006-2016) es una oportunidad para avanzar en el cumplimiento de sus derechos – Los niños y niñas con discapacidad y sus comunidades se beneficiarían si la sociedad se centra en lo que los niños pueden lograr en lugar de lo que no pueden hacer, según dice el Estado Mundial de la Infancia, el informe anual que publica UNICEF. Concentrarse en las capacidades y el potencial de los niños y niñas con discapacidad ofrecería beneficios a la sociedad en su conjunto, según el informe dado a conocer hoy.

“Cuando uno ve la discapacidad antes que el niño, no sólo es malo para el niño, sino que priva a la sociedad de todo lo que ese niño tiene que ofrecer”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “Su pérdida es una pérdida para la sociedad, su ganancia es una ganancia para la sociedad”.

El informe expone cómo las sociedades pueden incluir a los niños y niñas con discapacidad, porque cuando ellos desempeñan una función en la sociedad, todos se benefician. Por ejemplo, la educación inclusiva amplía los horizontes de todos los niños y niñas incluso cuando su objetivo principal sea ofrecer una oportunidad a los niños con discapacidad para lograr sus ambiciones. Aumentar las actividades para apoyar la integración de los niños con discapacidad ayudaría a hacer frente a la discriminación, que les empuja aún más hacia los márgenes de la sociedad. Para muchos niños y niñas con discapacidad, la exclusión comienza en los primeros días de sus vidas, cuando se registra su nacimiento. A falta de un reconocimiento oficial, se encuentran aislados de los servicios sociales y las protecciones jurídicas que son cruciales para su supervivencia y sus perspectivas. Su marginación aumenta aún más con la discriminación. “Para que los niños y niñas con discapacidad cuenten, es preciso tenerles en cuenta al nacer, en la escuela y en la vida”, dijo el Sr. Lake.

El Estado Mundial de la Infancia de 2013: Niñas y niños con discapacidad dice que estos niños tienen menos probabilidades de recibir atención médica o de ir a la escuela. Se encuentran entre los más vulnerables a la violencia, el abuso, la explotación y el abandono, sobre todo si se les oculta o se les ingresa en instituciones, algo que ocurre con frecuencia debido al estigma social y el costo económico que supone su crianza.

El resultado combinado es que los niños y niñas con discapacidad se encuentran entre las personas más marginadas del mundo. Los niños que viven en la pobreza son quienes menos posibilidades tienen de asistir a la escuela o a una clínica local, pero para los que viven en la pobreza y además tienen una discapacidad esta posibilidad es aún menos probable. El género es un factor clave, ya que las niñas con discapacidad tienen menos probabilidades que los niños de recibir alimentos y atención.

“La discriminación por motivos de discapacidad es una forma de opresión”, dice el informe, señalando que múltiples carencias conducen a una mayor exclusión para muchos niños y niñas con discapacidad. Hay pocos datos precisos sobre el número de niños con discapacidad, qué discapacidades tienen y la forma en que las discapacidades afectan sus vidas. Como resultado, pocos gobiernos disponen de una orientación fiable para la asignación de recursos a fin de apoyar y ayudar a los niños con discapacidad y sus familias.

Alrededor de un tercio de los países del mundo no han ratificado hasta el momento la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. En el informe se insta a todos los gobiernos a que cumplan sus promesas de garantizar la igualdad de derechos de todos sus ciudadanos, incluidos los niños más excluidos y vulnerables. Sin embargo, y aunque de manera desigual, se está avanzando hacia la inclusión de los niños con discapacidad; el Estado Mundial de la Infancia de 2013 establece un programa para la acción en el futuro.

El informe insta a los gobiernos a ratificar y aplicar la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Convención sobre los Derechos del Niño, y a apoyar a las familias para que puedan satisfacer los costos más elevados que supone el cuidado de los niños y niñas con discapacidad. Asimismo, el informe pide medidas para combatir la discriminación que impera en el público, los encargados de tomar decisiones y los proveedores generales de servicios esenciales como la educación y la atención sanitaria.

Los organismos internacionales deberían asegurarse de que el asesoramiento y la asistencia que prestan a los países en desarrollo sean compatibles con la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Deberían promover un programa mundial concertado de investigación sobre la discapacidad, con el fin de generar datos y análisis que orienten la planificación y asignación de recursos, dice el informe.

El Estado Mundial de la Infancia hace hincapié en la importancia de involucrar a los niños, niñas y adolescentes con discapacidad consultándoles sobre el diseño y la evaluación de los programas y servicios destinados a ellos. Todos se benefician cuando los enfoques inclusivos incluyen la accesibilidad y el diseño universal de los entornos, que de este modo pueden ser utilizados por todos en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación.

“El camino por delante es un reto”, dijo el Sr. Lake en Da Nang, Viet Nam, durante la presentación del informe. “Pero así como los niños no aceptan límites innecesarios, nosotros tampoco deberíamos aceptarlos.”

Una oportunidad única para América Latina y el Caribe – El Decenio de las Américas por los Derechos y la Dignidad de las Personas con Discapacidad (2006-2016) establece entre otros objetivos que para el año 2016 las personas con discapacidades sean reconocidas y valoradas por sus contribuciones actuales y potenciales al bienestar general y a la diversidad de sus comunidades, tanto en zonas urbanas como rurales.

“Esta región tiene una oportunidad única para reconocer, promover, y proteger los derechos de los niños y niñas con discapacidades y aliviar el efecto pernicioso de la pobreza, la cual frecuentemente los sitúa en una situación de vulnerabilidad, discriminación y exclusión”, dijo el director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, Bernt Aasen, en torno a la presentación del informe para la región realizada en Montevideo, Uruguay.
“Nuestra visión es que, para el año 2016, cada niño con discapacidad en la región nazca sin VIH, tenga registro de nacimiento, no esté internado en una institución y tenga acceso a servicios de salud y de educación primaria y secundaria que sean inclusivos, gratuitos, de alta calidad y culturalmente aceptados”, dijo el Sr. Aasen.

La situación de los niños, niñas y adolescentes con discapacidad en Uruguay: la oportunidad de inclusión – En el marco de la presentación regional del Estado Mundial de la Infancia en Montevideo, también se presentó la publicación La situación de los niños y niñas con discapacidad en Uruguay: La oportunidad de la inclusión, editada por UNICEF y el Instituto Interamericano sobre Discapacidad y Desarrollo Inclusivo (iiDi). Este informe, de carácter local, brinda una visión panorámica de la situación que viven los 47.799 niños y adolescentes con discapacidades de Uruguay, y que representan el 9,2% del total de la población. 
Uruguay ha recorrido a lo largo de su historia un largo camino en pos de una mayor protección social para las personas con discapacidad. Sin embargo, este esfuerzo no ha sido suficiente y ha sufrido, además, los embates de tiempos de crisis que relegaron este tema en favor de otras prioridades. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad aprobada en el 2006 y que Uruguay ha ratificado por ley 18418, representa un cambio histórico en esta situación.

La experiencia acumulada en el país, ya sea en los avances como en los desaciertos, junto con el manifiesto compromiso de Uruguay en la aplicación de los convenios internacionales, presentan una oportunidad única para avanzar decididamente en el logro de una sociedad inclusiva y con igualdad de oportunidades para todos los niños, niñas y adolescentes. Estas políticas deben garantizar el pleno acceso a la salud y, en particular, la detección precoz y el tratamiento, promover la inclusión temprana en las escuelas y en actividades sociales y recreativas, asegurar la accesibilidad física a todo tipo de instituciones y espacios públicos, proveer la necesaria protección social a familias con niños y niñas con discapacidad, asegurar la capacitación de calidad del personal al cuidado de niños con discapacidad y combatir la discriminación y todo tipo de violencia contra niños con discapacidad.

La oportunidad de la inclusión significa que, además de cambiar las políticas públicas, es necesario cambiar las miradas. A los esfuerzos que se realizan en el país para mejorar las oportunidades de inclusión en el ambiente urbano, debe sumarse un trabajo educativo y social para derrotar las barreras culturales y combatir los prejuicios que limitan las posibilidades de participación de los niños con discapacidad. Y así crear en la escuela, en los barrios y ciudades, entornos favorables a la diversidad humana y a la concreción de los derechos de todos.

De UNICEF

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