LEGISLATIVO DEPARTAMENTAL: Palabras del edil Tabaré Amaral

Sesión extraordinaria a 50 años del Golpe de Estado.

Dando cumplimiento al expediente interno N°054/2023, caratulado “Ediles Departamentales y Suplentes de Ediles, proponen la realización de una Sesión Extraordinaria, con el objetivo de recordar  los 50 años del Golpe de Estado del 27 de junio de 1973”, la Junta Departamental de Tacuarembó se reunió en la Sala “José Gervasio Artigas” en forma extraordinaria el 26 de julio de 2023. En la oportunidad habló uso un edil por cada bancada.

Por el Frente Amplio, la parte oratoria estuvo a cargo del Prof. Ernesto Tabaré Amaral Ferreira. Reproducimos su alocución.

“Muy buenas noches señoras y señores Ediles, autoridades presentes, funcionarios,  trabajadores de la prensa, y público que nos acompaña.

En primer lugar, es importante agradecer a todos los que trabajaron e hicieron suyo el propósito de la concreción de esta sesión tan importante en la noche de hoy. La democracia nos permite trabajar en la búsqueda de acuerdos. Hoy la Junta Departamental de Tacuarembó toma un camino que se inicia en el Senado de la República, con la sesión especial de ese cuerpo el pasado 26 de junio a las 10 de la noche, donde estuvieron los ex presidentes Sanguinetti, Lacalle Herrera y Mujica, junto al presidente Lacalle Pou.

Es un honor para mí representar al Frente Amplio en la recordación de un hecho tan duro y marcante para la historia de todos los uruguayos y uruguayas.

Esta sesión, por los cincuenta años del golpe de Estado cívico militar, significa recordar, y de esto no tengo dudas, la mayor tragedia de la historia de nuestra Nación. Recordar tan infausto suceso medio siglo después, nos permite hoy celebrar la Democracia, la fortaleza de sus Instituciones, y el goce pleno de las libertades públicas y el Estado de Derecho.

Para defender algo tan importante y valioso como es la Democracia, los hechos que ocurrieron ese nefasto día no deben caer en el olvido. Deben ser rememorados una y otra vez.

En todo el proceso previo al golpe de estado del 27 de junio de 1973, nuestro país había ingresado en un espiral de violencia, pero de ninguna manera constituía un hecho aislado. En la región y en el Mundo había violencia. A finales de los años cincuenta el mundo estaba polarizado por un escenario de Guerra Fría, en 1959 se concreta la Revolución Cubana, inmediatamente se da el suceso de la crisis de los misiles; la década de los sesenta están signada por crímenes que tomaron dimensión de magnicidios para eliminar líderes populares; el Presidente Kennedy en 1963, el Che Guevara en 1967, Martin Luther King al año siguiente, y luego Malcom X, la guerra de Vietnam; el histórico Mayo Francés;  la irrupción del Feminismo y del Movimiento Hippie. Entonces no era un Mundo de paz y amor; el Planeta estaba convulsionado.

En nuestro país, como en tantos países de América Latina, había desembarcado el Fondo Monetario Internacional, entidad  con quien nos endeudó el gobierno del Partido Nacional y su muy criticado Ministro de Hacienda, Juan Eduardo Azzini. En Uruguay se profundizaban las desigualdades, crecía la pobreza y el desempleo, y al mismo tiempo, se tenía noticias de enormes hechos de corrupción. Gobernaba Pacheco Areco con medidas prontas de seguridad, en un marco de enorme represión a las protestas sociales de trabajadores y estudiantes, que tuvo como saldo, entre otros, el asesinato de Líber Arce en tiempo del reclamo por el boleto estudiantil gratuito. Es en ese contexto de conflictividad interna surge el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros.

La ruptura institucional en nuestro país no fue repentina, sino que fue precedida de años de una gradual crisis del sistema político, apoyado en una base social conservadora que favorecía el avance autoritario.

Desde los años previos al golpe de Estado, la tortura en dependencias policiales y militares se volvió sistemática, se extendió en todo el territorio nacional y se hizo masiva. Esa práctica, junto a la prisión prolongada, se convirtió en el principal método represivo y de control social. El Parlamento desde el año 1970 realizó informes e investigaciones de las denuncias por torturas a peones rurales, sindicalistas y militantes políticos por parte de la policía y de efectivos militares.

El golpe de estado, dado en el gobierno de Juan María Bordaberry, fue un golpe cívico – militar, en el que participaron civiles y militares, motivados principalmente por intereses económicos y fundamentos ideológicos. Se estaba implementando un plan que consistía en la imposición de un modelo económico, que como ahora, transfiere riqueza de los sectores más pobres a los más ricos. Es importante destacar que en el año 73 la guerrilla ya estaba derrotada y  sus dirigentes presos o muertos.

Ningún factor, sea internacional, político, social o económico representa una justificación para atentar en contra de la constitución, la ley,  las instituciones y las libertades públicas.

En respuesta al golpe de estado, la historia recoge acciones muy dignas y de enorme valentía, provenientes del campo Institucional, Parlamentario, Político, de organizaciones sindicales, sociales y estudiantiles, y del conjunto del Pueblo Oriental.

Fueron los trabajadores y las trabajadoras que  la misma noche del 27 de junio llevaron adelante la histórica Huelga General. Se ocuparon fábricas, centros de trabajo y estudios, instalando una Huelga que constituiría una resistencia heroica durante quince días.

Es de resaltar actos de  valiosísimo compromiso democrático, tal como los exhibidos por el renunciante Vicepresidente de la República Jorge Sapelli, o  el extraordinario respeto institucional del almirante Juan José Zorrilla,  atrincherado en la Ciudad Vieja al frente de su Armada enfrentando a los golpistas.

Resultan emblemáticas las últimas intervenciones parlamentarias en la víspera del golpe, en particular el del entonces Senador Wilson Ferreira Aldunate quien proclama a su Partido como el más radical enemigo de la incipiente dictadura, prometiendo convertirse en vengador de la República, o de Luis Hierro Gambardella quien invocó la sangre de Baltasar Brum, o las recordadas intervenciones de Rodríguez Camusso y Enrique Rodríguez del Frente Amplio.

Todos y cada uno de los Orientales que asumieron la defensa de la Democracia y la Libertad sufrieron en carne propia, persecución, cárcel, tortura,  desaparición,  muerte o exilio.

La dictadura se implementó en contra de todo el pueblo y en particular en contra de los trabajadores y trabajadoras,  y  atacó a todo el sistema político.

La dictadura impactó de forma diferente en los diversos colectivos de la sociedad, y también en las personas. Muchos la vivieron con indiferencia, a otros les otorgó seguridad. También hubo quienes la padecieron, viviendo en un clima irrespirable, con mucho miedo. Otros la enfrentaron y resistieron.

Los uruguayos naturalizamos con facilidad hechos de la vida cotidiana, esos que constituyen las libertades públicas, y que en dictadura se nos quitaron. Situaciones que hoy pueden resultar banales eran controladas por el régimen, tal como  a qué artistas podíamos acceder, que canción escuchar, qué obra de teatro o concierto disfrutar, qué libro leer. Porque nada sucedía sin la aprobación del gran ojo de la censura.

En todas partes se imaginaba compatriotas conspirando, entonces el derecho a reunión no estaba permitido.

El normal funcionamiento de un club de barrio, o cualquier instancia colectiva, y  hasta los velorios, eran objeto de sospecha. No existía oposición política ni mediática, solo se escuchaba la voz del dictador. Nos enterábamos de los presos torturados, de los crímenes, de las desapariciones, escuchando en onda corta radio Berlín, radio Nertherlands

de Holanda o radio Moscú. Con la información que sacaban de la cárcel los familiares de los detenidos. Eso explica porque para mucha gente, diversos hechos que luego trascendieron, nunca habían sucedido.

Contaba un viejo militante de izquierda, devenido luego en fundador del Frente Amplio, clasificado como ciudadano Categoría C, víctima de numerosos allanamientos en un Pueblo de campaña donde vivió toda su vida: “Llegaban siempre en horas de la noche, a la madrugada, en medio de un operativo desmedido para la circunstancias. Se anunciaban con golpes de culatas de sus armas en la puerta, forzando la entrada, rompiendo todo a su paso. Te sorprendían en medio del descanso, y despertabas sin comprender qué estaba pasando; te apremiaban con gritos, maltrato y una andanada de preguntas; lo revisaban todo, y aquello que les podía interesar se lo robaban. Se iban prometiendo volver haciéndote saber que estaban vigilando siempre. Encontraron en mi casa  un preciado botín: una   radio  receptora de onda corta, considerada una  amenaza pública por los militares; mucho tiempo después entendí que para personas como yo, un militante de tercer orden, allanamiento, constituía un eficaz método para aterrorizar y robar. Era imposible no sentir miedo, por mí y por la familia, sin embargo creo que se transformó en brutal cuando supe del asesinato de Michelini y el Toba junto a los militantes del MLN. Ese día comprendí, cuan desprotegido estaba. Si podían matar de forma impune a un Senador de la República y al Presidente de la Cámara de Diputados”.

Una pequeña minoría, que contaba con el aval de los gobernantes de facto, constituía un grupo de asesinos que mataron personas indefensas, de  degenerados que violaron mujeres, de inmorales que robaron niños, de cobardes que hicieron desaparecer a detenidos y detenidas, negándoles a sus familias el consuelo de saber el destino de sus cuerpos. Y muchos de estos cobardes, que hasta hoy siguen sin hablar y sin decir dónde están tantos uruguayos  desaparecidos.

Hasta el día de hoy seguimos buscando a los compatriotas que faltan y tratando identificar los cuerpos hallados, como el de la compañera encontrada recientemente en el batallón 14. Esto, gracias al trabajo incansable de madres y familiares de detenidos desaparecidos, que porfiadamente siguen buscando, haciendo de esta causa, la bandera de todos los uruguayos.

Lamentablemente, no ha habido por parte de quienes trabajaban alrededor de estos grupos que realizaron tan repudiables hechos, un aporte de información suficiente para el esclarecimiento de muchos crímenes.

Algunas ideas muy discutibles quedaron naturalizadas en ciertos individuos aún en plena democracia, como que un tribunal de honor del ejército haya recibido la confesión del asesinato de Roberto Gomensoro, pero sus integrantes no entendieron que eso pudiera afectar el honor del ejército. Dicho tribunal opinó que los asesinos actuaron mal al dejar que otro oficial cargara con la culpa que les correspondía a ellos, pero no denunciaron ante la Justicia el asesinato que se había confesado, y ni siquiera dijeron que estuvo mal haberlo cometido.

La lucha contra la dictadura produjo hitos históricos que determinaron su estrepitosa caída. La ya mencionada Huelga General. La valerosa y temeraria marcha que convocó el Pueblo, el 9 de julio de 1973, que  a las cinco de la tarde en punto, se concentró en la Avenida 18 de Julio de la ciudad de Montevideo, encabezada por el General Líber Seregni y otros líderes políticos, junto a militares retirados comprometidos con la Democracia, que ese día fueron apresados y no recuperaron su libertad hasta la restauración Institucional.

La victoria del NO en el Plebiscito del año ochenta que recorrió el Mundo como una gesta colectiva de ribetes heroicos. El multitudinario acto de 1º de Mayo de 1983, organizado por la Central de Trabajadores; y finalmente, la extraordinaria convocatoria del 30 de noviembre de 1983, del cual se cumplen cuarenta años, donde el conjunto del espectro político, sindical, gremial e innumerables organizaciones sociales, generaron la formidable demostración cívica llamada “Río de Libertad” donde retumbó la maravillosa oratoria del primer actor de la Comedia Nacional, Alberto Candeau (Candó).

Es importante recordar porque es desde el recuerdo, desde la memoria, desde la búsqueda de la verdad, desde la justicia, que construimos bases para que hechos lamentables y repudiables como el que hoy nos ocupa, no se vuelvan a repetir jamás. Reclamemos una vez más que para evitar un golpe de estado, debemos recuperar justicia. Transferir una y otra vez a las nuevas generaciones todo lo sucedido y rebatir toda expresión que rememore y realce hechos tan lamentables como una Dictadura.

En tal sentido es importante combatir visiones negacionistas que en nada contribuyen a la necesaria preservación de la memoria.

Los uruguayos creemos en el sistema republicano democrático y en la importancia de la Constitución como la garantía para los derechos de todas y todos.

Nuestra fuerza política, el Frente Amplio, asume el compromiso de trabajar cada día, en el cuidado de nuestro sistema democrático. Tarea a la que convocamos a todos, transmitiendo a la sociedad el mensaje de que las diferencias ideológicas deben darse en el terreno de las ideas, evitando siempre la tentación del atajo fácil del agravio personal.

Debemos reconstruir y mantener viva la MEMORIA. Exigir que se conozca toda la VERDAD. Que se haga JUSTICIA para todas las familias que aún sufren las graves consecuencias de la dictadura.

En el final recogemos el legado de Circe Maia:

‘No son solo memoria,
son vida abierta,
continúa y ancha;

son camino que empieza.

Cantan conmigo,
conmigo cantan.

Dicen que no están muertos;
escúchalos, escucha,
mientras se alza la voz
que los recuerda y canta.

Cantan conmigo,
conmigo cantan’.

En defensa de la Democracia, gritemos bien fuerte y desde todos los lugares, NUNCA MÁS DICTADURA, NUNCA MÁS TERRORISMO DE ESTADO». Muchas gracias.

 

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