Trazabilidad permite exportar a mejor precio la carne uruguaya

“La mejora genética y la trazabilidad juegan un papel importante para aumentar la producción de los cortes más valiosos”, indicó el ministro Tabaré Aguerre en la apertura del seminario internacional sobre trazabilidad. Enfatizó que este sistema de control implica un desarrollo de bien público “porque es un instrumento de identificación animal aplicado a un proceso productivo obligatorio y financiado por el Estado».

Desde este miércoles técnicos agropecuarios uruguayos comparten sus experiencias sobre trazabilidad ovina con 26 símiles de 15 países de América Latina en un seminario organizado por la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI) y el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca en el marco del Programa de Cooperación Sur-Sur.

El encuentro se realiza en un hotel céntrico de Montevideo y finalizará el viernes 29 de agosto. Está dividido en cinco módulos: antecedentes de la trazabilidad; trazabilidad como un instrumento productivo y comercial; la experiencia de Uruguay en la implementación del Programa Oficial de Trazabilidad Sanitaria Animal; trazabilidad industrial y visita a planta de faena y establecimiento ganadero.

Historia ganadera y puesta a punto sobre avances – El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, reseñó la historia agropecuaria nacional desde 1611, cuando Hernandarias introdujo por primera vez animales en nuestro territorio hasta los avances tecnológicos y genómicos que posee la producción ganadera en 2014.

Durante su presentación recordó que la trazabilidad se implementó en forma universal y obligatoria a los productores ganaderos desde 2006. Explicó que el instrumento representa un desarrollo de bien público “porque es un instrumento de identificación animal aplicado a un proceso productivo obligatorio y financiado por el Estado con el mismo estándar y requisitos para aquel productor que tiene diez vacas como para el que tiene 10.000”.

Sobresalió que Uruguay pasó de tener 500.000 hectáreas de agricultura a un millón de hectáreas donde la ganadería compite con la agricultura o la forestación por los recursos “porque la tierra aumentó ocho veces su valor”.  El ministro Aguerre dijo que la seguridad alimentaria que deriva de la trazabilidad es una oportunidad de empleo y desarrollo nacional con inserción internacional en las cadenas productivas.

Desafíos – Enfatizó que los principales desafíos son llegar a alimentar a 50 millones de personas en un mediano plazo, disponer de un Sistema Nacional de Información Agropecuaria como plataforma pública, establecer relaciones sectoriales como alternativa para aprovechar la riqueza del suelo y contar con mayor articulación pública-privada con el compromiso de productores y técnicos.

“Cuando Uruguay exporta carne a un promedio de 4.000 dólares la tonelada conjuga lomo, rampaloin y colita de cuadril que valen 18.000 dólares con hueso que vale 1.200 dólares la tonelada. Por eso lo que importa es aumentar la producción de los cortes más valiosos donde la mejora genética y la trazabilidad pueden transformar a Uruguay en un ejemplo mundial”, ponderó Aguerre.

Cooperación Sur-Sur – El prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, subrayó que el seminario «es un ejemplo en el salto cualitativo que se debe dar en la cooperación recibida y el compromiso sobre lo que se debe brindar».  “Es importante compartir procesos, políticas públicas y explicar el enorme compromiso con voluntad política y trabajo técnico que nos ha llevado a los resultados positivos que tenemos en el sector agropecuario”, sintetizó Cánepa, quien aseveró la importancia de que la trazabilidad sea una política de Estado de forma permanente.

En la oportunidad el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, dijo que la Cooperación Sur-Sur es para la Cancillería uno de los pilares de la cooperación internacional para el desarrollo. Sobre la trazabilidad señaló que «es una política del Gobierno donde confluyen aportes y esfuerzos de distintos organismos, teniendo como resultado una trascendencia más allá de fronteras y aspectos comerciales».

“La realidad de la alimentación a nivel mundial ha cambiado, siendo América Latina un continente productor de alimentos, lo que nos coloca frente a nuevos desafíos en la búsqueda de generar avances tecnológicos y de innovación que lleven a una producción con enfoque sustentable”, enfatizó Almagro.

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