UNA LEY CONTRA EL NARCOTRÁFICO

El Presidente de la República redactó algunas consideraciones a modo de introducción para la difusión del proyecto de ley que promueve regular la producción, distribución y venta del cannabis, a estudio del Legislativo. Mujica retoma premisas de cuando promovió el debate sobre la legalización de la marihuana y explicita las principales razones que lo llevan a impulsar el Proyecto que está a estudio de Cámara de Diputados.

El texto del Presidente se transcribe a continuación.

“En las últimas décadas, el peor flagelo para América latina ha sido el crecimiento constante del narcotráfico por su carácter de alto riesgo y suculentas ganancias, que necesita la construcción permanente de redes de iniciados en los escalones de distribución y transporte, teniendo que cubrir las bajas inevitables que impone la represión más o menos coordinada internacionalmente.

Hoy, uno de cada tres presos lo está por delitos relacionados con las drogas. La existencia de mercados de adictos, que por necesidad son “fieles” y reservados, a lo que se suma un acceso casi monopólico por la represión generalizada, hace que constantemente aumenten los adictos casi primarios que se tornan en negociantes distribuidores para cubrir sus propias necesidades con seguridad. Es pues un negocio de mercado, que se alimenta a sí mismo y que la represión, desde hace unos 50 años, no logra desarticular.

En sus fases más avanzadas el narcotráfico envilece en general al mundo del delito, pues introduce las prácticas de “ajustes de cuentas”, de soborno combinado con amenazas a las familias de los escalones policiales. También impone dominios territoriales “apalancando” a caudillitos locales y aplicando “juicios sumarísimos” cuantas veces se considere imprescindible. En varios países el narcotráfico intervino en las campañas electorales. Por si fuera poco, usa las cárceles como cuarteles de organización y comando a distancia.

A partir de 2002, usando las condiciones sociales de entonces como tobogán en nuestro país, hubo un incremento del narcotráfico que además tiende a generalizar la violencia en las diversas relaciones de la sociedad.

La sociedad uruguaya estará inerme si solo espera de la acción policial, que aunque hace todo lo que puede, como también lo indica la experiencia mundial, tiene sus límites. Es por todo lo anterior que nos proponemos arrebatarle el mercado de la marihuana a la acción clandestina y tratar a la adicción severa como una enfermedad peligrosa.

No se trata de defender una droga benigna. Toda adicción es mala, de plano. El objetivo es dominar e influir en la puerta de entrada a la drogadicción para socavar la economía de un mercado que hoy existe y se alimenta a sí mismo.

El consumo controlado y a la luz del día nos parece apuntar a lo que hizo el país con el estanco de alcohol, con la prostitución y su regulación, con el divorcio, etc., etc. Este borrador de proyecto de ley sobre regulación de producción, distribución y venta de cannabis que se difunde a continuación y que impulsa la Presidencia de la República,  es fruto del trabajo ponderado de varios legisladores”.

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