FELIPE BRUNO: “Un blanco desde siempre”

Entrevista al presidente de la Junta Departamental de Tacuarembó.

“La Junta tiene que ser discreta y no gastar la plata del erario público” El jueves 8 de julio asumió como Presidente de la Mesa de la Junta Departamental de Tacuarembó, el edil nacionalista José Felipe Bruno Yarto, perteneciente a la lista 903. Considerado un “blanco de pura cepa”, un representante de una forma de hacer política hoy en vía de extinción, fue votada su designación por unanimidad en el Plenario del Legislativo Comunal. Es la tercera ocasión que Bruno asume tal cargo, en anteriores legislaturas lo había ejercido.

¿Desde cuándo es blanco?

– Desde siempre. Yo cuando me di cuenta, mi casa, la casa paterna, que era en 25 de Mayo y Lavalleja, era un comité. El juego mío era subir a un cajón y hacer un discurso y poner en la pared todas las listas blancas que había. En el año 30 mi padre salió diputado por primera vez, era muy jovencito o sea antes que yo naciera mi padre ya había sido diputado, quiere decir que mamaba por ósmosis toda la actividad política.

¿Cuándo comenzó con su tarea política?

– La primera vez que decidí hacer política, abandoné todo y me presenté a lo de Antonio Chiesa, que estaba con la lista 4, y le dije “vengo a ayudarlo en la campaña electoral” y dejé toda la actividad que tenía en el campo, en la zona de Piedra Sola, por un mes, y me hice cargo del comité.

¿Por qué se hizo herrerista?

– Yo era muy niño, capaz que fue en la elección de 1954, le pregunté a mi madre “¿si llega ganar Herrera qué va a pasar?” y ella me contesta “viene Dios a la tierra”… Éramos todos apasionadamente herreristas. Lo alcancé a ver a Herrera, tengo una foto, que es histórica para mí, porque mi padre era candidato a la diputación por la lista 30, en el `58, y Aristóteles Macedo era candidato a la presidencia del Consejo Departamental; recuerdo que mi padre me dijo “esta noche vamos para Paso de los Toros”, yo no quería ir pero él me dijo “vas a ir porque vas a ver una cosa histórica”. Y agarramos el tren nocturno para ir, cuando íbamos llegando los dos tiraban volantes para afuera, era todo muy artesanal, nos quedamos en una pensión. Yo no tenía en cuenta que era lo que pasaba, lo cierto es que llegaba la “Caravana de la Victoria” del `58. De tarde nos veníamos en el ómnibus donde venía Eduardo Víctor Haedo, Máximo Garrido, que era el secretario y Benito Nardone “Chicotazo”, que era un personaje y agarrado al asiento de Herrera, venía este humilde ciudadano, Felipe Bruno, y sacaron la foto, para mi histórica porque hay unos personajes de alcance nacional. Entonces ¿cómo no voy a ser herrerista?

Sin duda Ud. es uno de los últimos, sino el último exponente, de una forma de hacer política acá en Tacuarembó. ¿En qué ha cambiado la política?

– Hablar de Batlle en mi casa era una cosa terrible, mi padre lo retó a duelo a Batlle y yo tenía conciencia que mi padre podría perder la vida. Antes se hacían respetar de cualquier manera y el honor para ellos era una cosa que no se podía mancillar; y hoy lo llamás de ladrón a uno “que se robó tal cosa”, además no se llevó una caja de fósforo, te dicen “faltaron de esta presunta fábrica 150 millones de dólares”, la maula es plata…

Entonces antes los hombres públicos tenían honor…

– Y como todo hombre tenían equivocaciones, pero ahora, si querés te nombro un sinvergüenza a las risas. Lamentablemente es el defecto más grande, el tipo que está en la cosa pública tendría que ser la persona más trasparente y no lo es.

Hablemos de la Junta Departamental, ¿qué función debe cumplir un edil hoy?

– Tiene que hacer todo lo que le dice la Constitución. Tiene que controlar y legislar. Y legislar de dos maneras: aquel que se capacita y logra un grado superior de inteligencia, ese tiene que imaginarse cosas más complejas, después yo conozco aquí en la Junta a gente que tiene muy poca cultura pero tiene una gran sensibilidad y andan atrás de los problemas de la gente, eso es un servicio social inestimable, y aquí en la Junta hay unos cuantos.

¿Piensa realizar algunos cambios en la Junta?

– Recién en estos días estoy pensando en algunas cosas. Por ejemplo, la Junta tiene que ser discreta y no gastar la plata del erario público, tiene que gastar lo necesario, y después intervenir en todos los ámbitos necesarios para enriquecer los valores que tiene el edil, eso son los congresos, en los congresos de ediles se aprende.

El Director General de Hacienda de la Intendencia, Cr. Cuadrado, dijo en la prensa que la Junta insumiría el 5% del presupuesto departamental, sería unos 650 millones de pesos en total, haciendo reducción serían unos $10.800.000 por mes. ¿A Ud. le parece justa esa suma?

– Esa cuenta no la saqué, lo que sí voy a decir, es que la tarea de la Junta Departamental no es la misma de antes, estoy totalmente de acuerdo que se le pague al edil,  los gastos que son mínimos, porque no puede ser que un servidor público se tenga que pagar la nafta para ir a Paso de los Toros y las cosas elementales como la comida; los ediles de Paso de los Toros venían el año pasado todas las noches a cumplir, y ese tipo de cosas deben de tener un subsidio, porque los ediles, generalmente, son de clase media y aun de clase baja económicamente, gente adinerada en la Junta hay uno o dos, los demás son trabajadores públicos, son empleados de comercio, entonces es bueno que para desempeñarse no tenga que pagar de su bolsillo, y vienen los que les gusta porque por esa plata…

¿Los ediles deben ser rentados?

– Si. Antes había dos o tres empleados que andaban en bicicleta, recuerdo a Castro que hacía el reparto de las pocas cosas que habían en bicicleta. Hoy en día es impensable por el volumen que ha tomado la ciudad y el departamento de Tacuarembó. Si quieren que haya gente que trabaje, que  haga la reglamentación de tránsito, los fraccionamientos y todas las cosas que hay para hacer, tiene que ser rentado.

Son tiempos diferentes para la sociedad y por ende para la política. ¿Qué le deja la pandemia?

–  Personalmente yo no he cambiado mucho porque yo ya, prácticamente, me había retirado de la actividad y mis hijos cubrieron el trabajo que yo estaba haciendo, voy al establecimiento rural a disfrutarlo. Pero me ha hecho reflexionar mucho en los cambios que ha habido pero todavía no se bien, porque hay que verlo con la perspectiva histórica para saber que realmente nos dio, ha habido más muertos, ha habido más depresión…

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Ud. fue integrante de la TAF. ¿Qué fue la TAF?

– Fue un movimiento muy grande que hubo en Tacuarembó, dio clase cívica. Llegamos a tener un congreso con 300 muchachos haciendo talleres sobre política, hablamos del año 80 o 81. Hicimos una comida en el centro, con la puerta entreabierta y en un momento determinado vino la policía, y el que estaba, me acuerdo, era el Cacho López Balestra, que estaba censurado y salió disparando por la puerta de atrás. Es un hombre que el Partido Nacional le debe un gran homenaje, acá en Tacuarembó fue el tipo que más luchó.

 

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