MACARENA GELMAN: “Que se sepa que pasó acá”

Tras el homenaje realizado a María Claudia García, su hija Macarena Gelman y otros detenidos clandestinos, el miércoles 21 de marzo en el ex CALEN, en el que se descubrió una placa en su honor, los asistentes, inclusive Macarena Gelman, realizaron una recorrida por las instalaciones. “Con este acto tan simbólico se concretan cosas que desde hace más de cinco años venimos reclamando, el reconocimiento del Estado de lo que había sucedido”, dijo Gelman. Macarena expresó su emoción ante los medios de prensa: “Este lugar es la única conexión física con la historia, es el único lugar donde estuve con mi mamá”, dijo. Destacó la importancia de que este lugar, ex centro clandestino de detención, pueda ser visitado por todos los ciudadanos y “que se sepa qué pasó acá”.

Agregó que realizó el recorrido guiada por el soldado Julio Barboza, quien fue testigo de su nacimiento, acontecido en uno de las salas del edificio en cuestión, más precisamente donde se colocó anteriormente una placa conmemorativa.

“Tengo comunicación desde hace mucho tiempo con Barboza y otras personas”, aseguró la nieta del poeta Juan Gelman, lo cual le permitió saber y conocer de primera mano importantes detalles sobre su nacimiento y su madre, María Claudia García. “Este lugar es el pedacito de verdad que me queda”, dijo emocionada. «Con este acto tan simbólico se concretan cosas que vienen siendo reclamadas desde hace más de cinco años», finalizó Macarena.

Julio Barboza – El ex soldado Julio Barboza, fue el encargado en esta jornada —junto a otras personas— de guiar a los presentes en la recorrida por las instalaciones del ex Calen, futura institución de Derechos Humanos. En su desempeño como soldado durante la dictadura en Uruguay, trabajaba como escribiente en la planta baja de este edificio por lo cual reconoció a María Claudia García cuando dio a luz a Macarena , presuntamente el 1 de noviembre de 1976. Una vez vaciados los calabozos del subsuelo donde permanecían otros presos políticos  María Claudia y su beba fueron trasladadas allí, hasta que un militar “vino, sacó la canastita blanca y las separó para siempre”, dijo Barboza.

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