ENFERMEDAD CELÍACA (*)

La enfermedad celíaca es un trastorno inflamatorio del intestino delgado que se debe a una respuesta autoinmunitaria inadecuada frente a la ingesta de gluten por personas con predisposición genética. El término gluten se refiere a fracciones peptídicas específicas de proteínas presentes en el trigo, la avena, el centeno y la cebada. Estas moléculas peptídicas son resistentes a la digestión por enzimas gastrointestinales y su interacción con el sistema inmunitario del tubo digestivo puede desencadenar una respuesta inmunitaria frente a la mucosa del intestino delgado, así como una respuesta inmunitaria sistémica general.

Existen tres tipos de enfermedad celíaca:

· Clásica: con síntomas digestivos generalmente.

· Atípica: con síntomas extradigestivos.

· Silente: sin síntomas.

Entre las manifestaciones más frecuentes se encuentran diarrea, anemia ferropénica, osteopenia u osteoporosis, dermatitis herpetiforme y estomatitis aftosa, presentándose también anorexia, náuseas, vómitos, estreñimiento, debilidad muscular, déficit de ácido fólico y vitamina B12 y además en las mujeres irregularidad menstrual e infertilidad no explicada. Afecta a la mucosa del intestino delgado dando como resultado atrofia vellositaria y malabsorción de nutrientes.

Puede manifestarse en la niñez como en la vida adulta en pacientes genéticamente susceptibles tras la ingesta de gluten. Consiste en la interacción entre factores genéticos, inmunológicos y ambientales. La biopsia del intestino delgado es el “patrón oro” para el diagnóstico de la enfermedad.

Una vez diagnosticada el tratamiento nutricional a seguir será una dieta libre de gluten estricta y de por vida. Se eliminará trigo, avena, centeno, cebada (TACC) y todos sus derivados. La alimentación se basará en los alimentos que naturalmente son libres de gluten tales como lácteos, carnes, huevos, vegetales, tubérculos, frutas, leguminosas, soja y determinados cereales (arroz, maíz, fécula de papa, harina de mandioca, harina de garbanzo), azúcar y aceite.

En una primera etapa puede ser necesario controlar el consumo de lactosa y sacarosa para luego reintroducirla gradualmente. Al manipular los alimentos libres de gluten se debe evitar la contaminación cruzada como medios de cocción, utensilios de cocina, almacenamiento, higiene de la vajilla. No consumir alimentos que se compran a granel por riesgo de contaminación.

Se recomienda consultar el listado de marcas permitidas de ACELU (Asociación de Celíacos de Uruguay) y buscar el logo de apto para celíacos en los productos (espiga barrada). Ante la duda que un alimento pueda contener gluten, no lo consuma. Con esto se logra mejorar la atrofia de las vellosidades, anemia por déficit de hierro, densidad mineral ósea, los síntomas gastrointestinales y neurológicos y la calidad de vida del paciente.

(*) Licenciada en Nutrición María Elisa Blanco

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