JOSE GAMARRA EN TACUAREMBO

Después de mucho pintar, / hombre de mano sabida, / Gamarra esta pintando / como por primera vez. / Después de mucho mirar, / ojos que penetran lo que toca, / Gamarra está mirando como niño. / Por eso descubre, / por eso ve.” – Eduardo Galeano

José Gamarra nació en Tacuarembó, Uruguay en 1934. Estudió en la Escuela de Bellas Artes donde recibe enseñanzas de Vicente Martín. En 1959 obtiene la beca del Museo de Arte de Rio de Janeiro para trabajar en grabado con Johnny Friedlaender e Ibere Camargo. En 1960 se instala en Brasil trabajando como profesor de pintura y frescos en el Instituto de Arte Contemporáneo. En 1963 se instala en Francia donde vive y trabaja desde entonces.

Desde el 18 de abril y hasta el 2 de junio, el reconocido pintor oriundo del Barrio Ferrocarril, José Gamarra expone sus obras en el Museo de Artes Plásticas de Tacuarembó (MUART). El plástico coterráneo que emigró de nuestra ciudad cuando tenía apenas cinco años, estuvo presente en la inauguración, allí dialogó con el director Departamental de Cultura, Dr. Carlos Arezo.

Gamarra tiene mucho que contarnos, no solamente su pintura, su obra, su trabajo, su ida a Francia en la década del sesenta en el siglo pasado. ¿Qué nos puede decir? Es lo que le tenemos que pedir a él y que nos cuente cuales fueron esos pasos para llegar a Europa, ¿por qué se fue del Uruguay y se radicó allá, hace más de 50 años?

-La historia sería larga. En realidad mi ida a Europa es casi sin saberlo. Hacer una exposición cuando era niño, a los 13 años yo hice mi primera exposición, organizada por el Consejo Nacional de Enseñanza de la época en el Ateneo de Montevideo. Ya otros me abrieron las puertas para que yo transitara, entonces expuse también en la Escuela de Bellas Artes siendo niño, y me dí el lujo de no ir, estaba mirando un partido de fútbol, y me vinieron a buscar y me dijeron “te están esperando” y el director de la muestra dijo “sentimos mucho que Gamarra no pueda estar con nosotros” e inauguró la exposición. Y así siguió la cosa. Acelerando todo ese circuito vamos a Brasil, yo ya casado, para hacer un estudio de grabado con Ibere Camargo, y nos quedamos cuatro años. Estando en Brasil nos presentamos a una bienal de jóvenes en Montevideo y la ganamos, al mismo tiempo se dio de un envío uruguayo a la bienal internacional de jóvenes en Paris, ahí se junta todo y nos vamos a Europa para recibir el premio, al mismo tiempo nos invitan para ir a Venecia, y estando allí se atan una cantidad de cosas, volvemos de vuelta a Paris, abandonamos Brasil y nos quedamos en Europa. Y ahí empezó la gran aventura. Fue grande la lucha no es cuestión de ir y exponer en seguida, pero el contacto con los franceses y latinoamericanos para que integráramos equipos de buenas galerías que nos proyectaron al medio internacional. En eso estamos todavía.

El estilo, el arte…

Es interesante eso. Se puede decir que el estilo del artista es también bien un poco algo muy general pero puede compararse con las historias en los músicos en cierto momento hay algo que es más aplaudido y entonces que dice el músico “esta me la voy a reservar para la última”, y nosotros hacemos igual, es el público que te dice “seguí por acá, pintá eso”. Nos sentimos bien con lo que hacemos y también estamos comunicando, entonces no dejamos al público “en banda” como se dice. Yo digo que pintar es como escribir algo, entonces yo escribo a través de los cuadros y la gente ve y entiende eso. Hay momentos que son más difícil, por ejemplo hay cuadros de transición o sea yo salgo de una cosa y voy hacia otra. Hay mucha influencia de las tiras cómicas que influyó mucho Europa. Otra cosa fue el color, descubrí, nosotros éramos acá en Uruguay un poco influenciado por la escuela de Torres García que era una escuela muy rígida y con una palestra muy baja, entonces uno está contagiado con ese ambiente. Pero cuando vamos a Europa y vemos toda una explosión de color y de búsqueda, entonces uno también se contagia. Yo digo que también como la ciencia, alguien tiene que venir y descubrir algo para que venga otro y diga “esto es lo que yo estaba buscando” y así se van abriendo las cosas.

¿Qué muestra Gamarra, hoy, aquí en Tacuarembó?

-Es una retrospectiva. Es un poco la evolución que empieza con la naturaleza muerta ya transformada, porque yo tenía una visión de la naturaleza muerta. Después viene la parte de la signología. La naturaleza muerta que ya es inventada empieza a transformarse en signos y ahí es cuando yo digo, y otra gente lo ha dicho, que sin querer le vienen a su expresión raíces, pueden ser de toda América, pueden ser también de aquí, entonces uno camina por esa condición del arte. Después los signos se transforman en objetos. Venimos a una etapa que ya nos identifica más, la maquinaria por ejemplo, situaciones en el paisaje, entramos así en la naturaleza y nos metemos también a contar cosas que pasan en la selva, y en eso estamos. Hicimos todo ese trayecto para llegar, finalmente, al paisaje.

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EL PORQUE DE SUS PINTURAS

“Tal vez el mayor interés de mis cuadros es la frescura que tienen y eso se logra cuando el rigor técnico permite que uno trabaje como jugando, muy espontáneamente, u otra, como trabajo con elementos que nacen de un compromiso con una serie de aconteceres que me rodean, en diferentes escalas, sobre todo lo referido a Latinoamérica, un continente que trato de descifrar. En mi pintura hay un planteamiento conceptual, un proceso de raciocinio.”

Revista Art Nexus Nº72 Marzo – Mayo 2009 (Paris – Francia)

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JOSE GAMARRA / Por Edward Lucie-Smith
Los paisajes misteriosos, únicos que pinta José Gamarra, tienen mucho que enseñarnos sobre la naturaleza del arte contemporáneo latinoamericano, muy a menudo juzgado en forma errónea por los extranjeros que no han entendido el contexto de que proviene. Es esencial comprender, por ejemplo, que el trabajo de Gamarra no puede ser juzgado aisladamente, de la manera como juzgamos tantas pinturas producidas actualmente en Europa occidental como en Estados Unidos; es el emblema de toda una cultura y contiene referencias a la política, literatura e historia de América Latina. 
Más específicamente, una de las cosas que se debe comprender acerca de esas obras, antes de abordarlas en el aspecto esencial, es el hecho de que funcionan como relatos. (…)

Estas son pinturas que al mismo tiempo invitan y recompensan con su contemplación. No revelan todos sus secretos a un vistazo fortuito. La palabra «poesía» es demasiado a menudo y demasiado fácilmente aplicada a obras de arte visual – pero he aquí las que merecen verdaderamente esta calificación.

Extraído de la página Oficial del artista uruguayo José Gamarra

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